No, la verdad es que es complicado perder la esperanza cuando veo las fotos. Cuando recuerdo tus palabras. Cuando sueño con tus besos. Se han quedado demasiadas cosas por decir y tú no eres como él, no lo tienes tan claro, me quieres en tu vida y no me hablas ahora por miedo a una reacción peor, lo puedo entender. Pero te equivocaste y a sabiendas de que me arrepentiré, tengo claro que en el momento en que te vuelva a ver todo me va a dar igual. No creo que mi orgullo sea tan fuerte, nunca lo ha sido y te echo demasiado de menos.
Así que no creo que vayas a bloquearme en instagram y en wasap y aunque lo hicieras de poco te serviría, solo tienes que aclararte. Pararte a pensar y entender qué es lo que quieres. Y si lo que quieres no me incumbe a mí pues podré vivir con ello, podré pasar página y quererte de otra forma pero dependo enteramente de ti y eso me saca de quicio. Te quiero como me gustaría que me quisieras a mí y me molesta terriblemente. Pero está claro que tú también sientes algo y no me quiero arriesgar a dilapidarlo bajo capas de rencor pero no sé qué hacer al respecto tampoco. No sé cómo avivarlo cuando el murmullo constante de los demás está tan cerca.
Daruvar is home. Pero no lo es para mí, nunca llegó a serlo, no cuando tú no estabas. Pero sí fue donde nos conocimos, donde nos tocamos, donde hablamos y donde conectamos a un nivel un poco extraño pero especial en cualquier caso. Daruvar is not home. You are home in Daruvar y probablemente por eso me molestaba tantísimo que no estuvieras cerca. No era por una cuestión de celos (que también, todo hay que decirlo) sino porque me sentía segura cuando compartíamos el mismo espacio. En un lugar tan extraño te sentí cerca desde el primer momento. No físicamente pero sí hubo una complicidad rara entre nosotros. Estar cerca de ti era seguro, reconfortante, mágico. Y estoy bastante segura de que eso no va a cambiar por mucho que ahora quiera tirarte por un barranco.
Solo me queda esperar. Al lunes, al avión, al bus, al otro bus. No quiero estar en Zagreb si tú no estás conmigo. ¿Para qué? ¿De qué me sirve hacer turismo sola si no puedo comentar las cosas después? Ya comprobé en Oslo que no se me da bien ver cosas por mi cuenta y menos cuando solo me serviría para no dejar de pensar en ti. Así que lo intentaré y veré si las ganas de pegarte superan a las de besarte si es que no estás dormido para cuando llegue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario