domingo, 26 de noviembre de 2017
Hype
Mamá se empeña en preguntar. No se da cuenta de que me hace daño su necesidad de información, no es consciente de lo mal que me hace sentir cuando me pone en la tesitura de si debo mentirle o no. Y debo hacerlo porque admitir que yo fui quién le habló a él sería volver muchos pasos atrás. Entonces me encuentro preguntándome cómo podría vestirme para conquistarle de nuevo, cuando sé perfectamente que esas tácticas nunca funcionaron con él. Y después Sebas se sorprenderá de que quiera estar todo el santo día con él, pero cuando me alejo me sumo en este pozo de miseria y remordimientos y necesidad de su amor. De sus palabras. De sus abrazos. Creo que quizás lo necesite de verdad, eso de quedar de nuevo con él. No hemos llegado al punto en el que me da mucho miedo preguntarle si está disponible, solo dejo claro que no quiero ser una molestia. Él no es Jesús. Y quién sabe, a lo mejor me ayuda a ser una persona nueva y evolucionada que se ha dado cuenta de que esa farsa de relación que pretendo querer volver a tener no puede llevar a ninguna parte. Para empezar, supongo que sería prudente esperar a ver si finalmente quedamos o ni siquiera se digna a volver a hablarme.
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