viernes, 17 de diciembre de 2010

Día 6. Puertas y pajas

Tenía tantas ganas de que llegara el viernes... vino Jesús a casa y sobre las cinco nos fuimos a casa de Laura J. Antes más o menos nos enfadamos porque no le dio la gana de abrir la puerta de mi habitación (antojos que le dan a una cuando tiene la regla) para cerrarla después. En fin, que nos reconciliamos y nos fuimos. Por el camino nos encontramos a Paco y a Laura B. y nos fuimos todos a la casa. Al poco llegaron Antonio y Miguel, y montaron la cachimba. Llegó Yago, fumaron un rato, Paco echó un gapo por el balcón ¬¬, Jesús lo imitó y a mí me dio un asco de muerte teniéndolo al lado, así que me cambié de sitio y no me volví a poner cerca suya en toda la tarde, y tampoco ha hablarle, cogí un cabreo enorme, potenciado por lo sensible que estaba (y estoy). Así que allí estábamos, pasándolo fatal todos, no teníamos nada que hacer, hasta que se fue Antonio, llegó Marta y nos pusimos a jugar al pictionary. Después fuimos a acompañar a Jesús, hubo un percance con las llaves y cuando nos quisimos dar cuenta nos dejaron solos. Él me preguntaba qué me pasaba, yo no quería responderle, sólo tenía cabeza para sus labios. No nos habíamos tocado en toda la tarde y le tenía unas ganas que daban yuyu, pero aun así más o menos logré explicar lo que me pasaba, y él me pidió perdón. Era suficiente. Me tiré encima suya pidiéndole sin palabras que me abrazara, y eso hizo. Él se fue, nosotros cenamos en el burguer king y después nos tiramos una hora en un banco de la calle san Jacinto hablando de sexo.

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