viernes, 24 de diciembre de 2010

Día 13. A escondidas

Me sabe la boca a sangre, me tiemblan las piernas, tengo un nudo en el estómago y me cuesta respirar, y todo por una casualidad. No quería que nadie más que él leyera este blog, que fuera nuestro secreto, y tenía que mandarle una invitación. Vi su nick y recordé que no era ese el que usó para escribirme un comentario en el otro blog. Cliqué y salió su perfil y un blog. "Mi cabeza?". ¿Qué era semejante título? Todo en negro y con tan sólo tres entradas, seguía sin entender que era aquello. La primera databa de junio y la segunda y tercera de septiembre, aunque cronológicamente eran del puente de la constitución. Leí la segunda entrada y no sabía que pensar. "A ella se le sigue acelerando el pulso cuando nos liamos ahí en plan exagerado... a mí no". ¿Qué?¿Y qué sentías entonces?¿Por qué me decías que te lo habías pasado bien si ni siquiera te había gustado? Es cierto, tiendo a excitarme demasiado rápido, quizás por eso le mandé aquel mensaje que decía que quería follar con él, pero ahora me doy cuenta de que es una completa estupidez. Sólo siento escalofríos por todo el cuerpo, y sé que no quiero hacerlo, que me cuesta la propia vida respirar y que no serviría de nada porque tengo la certeza de que no nos gustaría.
1/12/12, la fecha clave en la que en teoría tendremos que perder la virginidad. No quiero perder la virginidad, ya no se me acelera nada cuando nos besamos, ya sólo es por pura gula el liarnos, después de todo, puede que seas tú y no yo el que necesite experimentar cosas nuevas, comparar con las antiguas y elegir. Después de todo, puede que no tengas razón, que no sea yo la persona indicada y, si realmente no sientes nada, te hayas equivocado a la hora de decidir qué significado tenían tus sentimientos.

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