
Ocupó gran parte de mi vida, y hoy volvió a ocurrir. Es la hija de una amiga de mi madre, pero no por eso ella es mi amiga. Repelente, odiosa, no hay nadie de su edad a quien le caiga bien. He tenido que pasarme todo el día con ella, y hacemos como si incluso nos cayéramos bien, nada más lejos de la realidad. Hablamos, yo me río, ella se ríe estrepitosamente, me sigue a todos lados, me cotillea todo mi cuarto, intenta averiguar todo sobre mi vida. Siempre me ha dado la impresión de que soy su especie de ídolo, siempre intentando parecerse a mí, y nunca lo consigue, al menos era lo que pasaba antes, ahora lo disimula más, ni siquiera nos hablamos en el instituto, y, dios, como me he alegrado cuando mi madre me ha dicho que no vamos a celebrar este año noche vieja con ellos.
Foto: la de la izquierda es ella, la de la derecha soy yo... y ya lo sé, ninguna es que salgamos lo que se dice bien.
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