martes, 3 de enero de 2023

Sad eyes

 Ahora que las cosas han cambiado tanto, que mis prioridades son diametralmente opuestas a las que tenía este verano, que usurpaste mis sueños y mis pensamientos durante por lo menos tres días seguidos y con las mismas desapareciste de ellos, que el debate ético y moral de estar en una relación ya no tiene sentido, que Miguel ya no forma parte de la ecuación... ahora vuelves a mí. Y no eres consciente, es lo peor de todo, no eres consciente de que te veo morderte el labio y solo puedo pensar en besarte, que te escucho y solo quiero llevarte la contraria para que la conversación no acabe, que solo me gustaría darte un abrazo al despedirnos. Hablas de Judith (espero que se escriba así) y noto el dolor en tus palabras, ojalá me contaras qué pasó, sé que hay en ti mucho más de lo que la gente ve, no eres simplemente una persona que disfruta de las pequeñas cosas, eres muchísimo más, lo sé, lo veo en tu mirada perdida cuando piensas que nadie te está mirando, te pierdes en un universo del que me gustaría formar parte. Pero es complicado, Sebas no me deja avanzar y yo no sé si tengo ganas de intentarlo de verdad, el chute de hormonas está bien pero no eres una persona de la que pueda enamorarme y tengo la sensación de que tú sí podrías llegar a enamorarte de mí. No sé si conformarme con soñar que nos despedimos y te roban el dinero dos calles más allá, te oigo y vuelvo a ti, nos besamos en el portal de mi casa e intentas que nos acostemos cuando mis padres están en la casa, sé que no eres así. Podría conformarme. Pero algo en mí me pide que lo intente, que trate de acercarme a ti por todos los medios, que te enseñe cosas nuevas, que te busque. Y bueno, voy a quedar contigo para ir al barquito, tenemos por lo menos diez minutos de intimidad, algo es algo.

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