Te miro. Insistentemente. Quizás así puedas averiguar qué pienso. Pero tú sólo me miras de vuelta y sonríes. Sonrío. Todo acabó de nuevo. Una vuelta de tuerca más a este barullo de pensamientos que me atormentan. Porque por primera vez desde que todo esto empezó siento la necesidad de algo más. De ir un paso más allá, por muy innecesario que sea. Quiero que tu hermano hable de nosotros como novios y no pensar "no, no somos novios". Quiero una fecha que celebrar. Quiero poner tu nombre dentro de un corazón y que sea justificable ese nivel de moñería (no, seamos realistas, esto no quiero hacerlo). Quiero tener la posibilidad de cogerte de la mano cuando quedemos con los demás y no sentirme culpable por meter la idea equivocada en la cabeza del resto del mundo.
Pero no quiero hacerte daño, por encima de todo no quiero hacerte daño. Podría pedirte salir y estoy casi segura de que me dirías que sí, y probablemente no cambiara gran cosa. Pero tengo que explicarte los términos y condiciones, ¿podrías aceptarlos tan rápidamente entonces?
Porque no te voy a prometer amor eterno, no puedes contar con una vida juntos, no te puedo prometer fidelidad ciega, esta vez no. Y esto no es algo malo, no quiere decir que te quisiera menos o que me faltara algo, pero soy consciente de lo que estoy pasando y solo contigo consigo estar bien. Hemos avanzado poco a poco en esta relación aparentemente sin futuro y hay demasiados planes a largo plazo como para plantearme que pueda no funcionar. Porque es obvio que hay muchas cosas en las que no vamos a estar de acuerdo nunca, pero creo que hacemos buena pareja. Que nos lo pasamos bien juntos. Que, por ahora, no nos aburrimos pese a hacer planes en su mayoría terriblemente aburridos.
Hay muchos pros y muchos contras en juego, aún no tengo claro en qué lado terminará el peso de la balanza y está claro que, si sientes la misma necesidad que yo, lo disimulas muy bien así que dudo que vayas a hacer nada por cambiar la situación, y créeme que lo entiendo después de la tesitura en la que te he puesto con mis charlas conspiparanoicas sobre las nuevas teorías del amor y las relaciones. Así que, no sé, quizás un día de estos me arme de valor y te pida salir. O no.
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