¿Qué será de nosotros cuando todo esto acabe?
Ahora, que nos pasamos medio día sin hablarnos y nos subimos por las paredes y echamos humo como si de una locomotora nos tratásemos, ¿qué va a pasar cuando no queramos ni vernos las caras?, porque en el fondo ahora mismo quiero verte, quiero arreglarlo aunque sea demasiado orgullosa como para admitir lo estúpida que estoy siendo, pero cuando queramos vernos y no podamos decirnos de verdad lo que sentimos o cuando directamente no queramos ni hablarnos, ¿qué pasará? Porque aún nos quedan dos años y medio de sentarnos juntos, de trabajos de mierda, de quedadas de chupitos (o al menos eso espero) y con un poco de suerte tenemos planes de aquí a verano pero me aterra, por un lado, la posibilidad de que todo se chafe en mitad de todos los susodichos planes y no podamos mirarnos a los ojos sin odiarnos o pasarlo mal y, por otro, que nos convirtamos en una lista de planes que cumplir. Que solo sigamos juntos por miedo a romper la rutina. ¿Qué rutina? Pues la que tarde o temprano vamos a terminar creando, que no es malo, pero me da miedo que, precisamente, tengamos miedo a acabar con ello llegado el momento. No lo sé. No sé por qué me planteo estas cosas ahora cuando ni siquiera hay una relación formal que romper. Me has leído y no me has respondido y yo tengo tantas ganas de verte que creo que me voy a morir de necesidad. Agh. Qué mala es la obsesión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario