-¿Qué me dirías si fuera la última vez que hablamos?
-No lo sé, terminaría diciéndote que te quiero, así de original soy.
-Ammmm... ok, me tengo que ir. Adiós... y te quiero.
-Y yo.
Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero... te quise. Dije que nunca dejaría de quererte, tú me dijiste lo mismo. Y pese a que incumpliste tu promesa, yo no quería dejar de quererte, pero ¿qué otra opción me quedaba si sabía que nunca volvería a tener una oportunidad? Me daba miedo el olvido, me daba miedo pensar que nunca volvería a ser capaz de querer, me daba miedo querer besar a alguien y que después no supieran como tus labios. Me daba miedo que el amor pudiera darme una puñalada por la espalda. Ya da igual, todo me da igual, la bipolaridad me impide ser racional en este aspecto.
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