viernes, 25 de mayo de 2012

Trozos de papel y pocas ganas de dar clase

Segunda hora: francés.
Al menos me hizo caso, algo es algo, ¿no?
Ya he descubierto cual es mi "problema", me gusta llevarle la contraria a la gente. Sé que es estúpido, pero de alguna forma me hace más simple, es la solución, sólo tiene que darme la razón para que automáticamente vea todo lo malo de romper. Es exactamente lo que me pasa, aunque quién sabe, a lo mejor si yo le doy la razón él hace lo mismo, no lo sé, me duele la cabeza y no puedo pensar.

Tercera hora: ética.
Sólo quería darte estoy y... pedirte perdón, sé que ambos tenemos la culpa y por tanto ambos tenemos que ceder, alguno tiene que ser el primero y quiero ser yo. Quiero arreglarlo, quiero que todo vuelva a lo que era antes, quiero estar contigo porque te quiero y me duele el pie y no quiero que te líes con otras tías y creo y espero que tú en el fondo tampoco quieres. Al fin y al cabo yo sólo quería que me escucharas...

Cuarta hora: matemáticas.
Lo intenté, y no dudo que no vuelva a intentarlo, pero no ahora, estoy cansada. Cansada de luchar, de ser fuerte, de mantenerme en pie cuando lo único que quiero hacer es rendirme. Me duele el corazón, siento tanto miedo a perderlo, y tanta impotencia cuando dice que lleva razón. Se vuelve como él... tan frío, tan distante, después de todo siempre es un maldito círculo vicioso en el que siempre salgo perdiendo yo, aunque, en fin, es cierto que termino buscándomelo yo, Laura tenía razón, no puedo confiarme ni un segundo en una idea perfecta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario