Seré gilipollas, dándomelas de tía que le gusta a los tíos, así que como no sé cómo se sabe si le gustas a alguien cualquiera que haga cualquier cosa me creo que me gusta. Eduardo. Me dice que soy especial y ya me creo que le gusto pese a que fue a la JMJ. Jorge. Me pregunta insistentemente si me gusta Edu y como mi respuesta es negativa (hace una semana, ahora no estoy tan segura) me pregunta quién me gusta. Y ya me monto yo mis paranoias que no me hace falta nadie más. Qué asco de puto egocentrismo sin quererlo, yo no le gusto a los tíos, y menos a Eduardo, y de Rafa ya ni hablamos...
Eduardo, con esa actitud asocial y cerrada hacia el resto del mundo, su manía de decir que no tiene amigos, su perra por creer en dios... desde el primer día que me enteré de cómo se llamaba supe que era de las personas con las que mejor me llevaría de la clase, pero si yo te hablaba y tú no me respondías era complicado. Empecé a buscarte por las redes sociales, unido al hecho de que nos hicieron hacer ese trabajo juntos. Ahora doy gracias a Pilar por haberlo hecho, de no ser por ella no habría pasado nada de esto. Quería saber qué te gustaba y qué no, quería saber de ti, y casi entré en tu vida obligado, pero después nos pasamos los momentos entre clase y clase hablando y soy tan idiota que me quedo una hora en frente del Metromar con un frío del carajo charlando contigo, y encima porque quería hacerlo. Estoy que no me reconozco. Ahora me preguntas por el facebook que si te quiero, te digo que sí, de coña por supuesto, y tú haces lo mismo. Quieres que sea tu niña, yo quiero que seas mi amigo y ninguno podemos conseguir lo que queremos, porque jamás seré la nada de nadie y tú no quieres admitir que soy tu amiga pese a que dices que soy la que mejor te cae de la clase (después de ti mismo, of course) así que no sé qué pensar. Aunque eso no es raro en mí.
Y Rafa... pues ahí está, feliz espero, porque se lo ha currado para que yo no lo sea, aunque ya da igual, creo... espero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario