jueves, 15 de septiembre de 2011
Hace más de un año...
Sé que es extraño, pero cuando hablamos... como decirlo... me parece que dejo de quererle. Puede que porque él no demuestra en absoluto que me quiere, o porque sean sólo palabras, no lo sé, pero me jode mucho, que de repente te deje de gustar alguien, así por las buenas, no le tiene que sentar bien a nadie. Es que... de verdad, no sé qué hacer, es todo tan complicado, le pregunto cualquier cosa y termina lo más rápido que puede con él, no muestra ningún interés y siempre dice en algún momento que tiene piscina y que lo que hace por las tardes es bañarse y dibujar. Me quedó claro a la primera, tiene piscina, lo sé, y dibuja bien, también lo sé, no hace falta que se regodee. Y después, siempre, siempre, cuando se va me dice que me quiere, en todas las putas despedidas. Qué repetitivo, lo sé, y me gusta que me lo diga, pero es siempre lo mismo, y en serio, a mí también me gustaría decírselo, pero no puedo, soy incapaz, siento que le estaría mintiendo, porque en realidad no le quiero, sólo durante ese tiempo, después un periodo de reflexión y... nada. Es raro, pero creo que hasta que no vuelva a verle no le querré, y es aún más raro, o más bien curioso, porque cuando vi el cartelito de que estaba escribiendo, fui feliz, en un instante el mundo era perfecto, pero después termino totalmente cabreada, sin ganas de hablar a no ser que sea para mandarlo a tomar por culo. En resumen, todo él me pone de los nervios, pero tengo el defecto de querer estar con él, aunque no le quiera, o aunque no tenga ni idea de lo que sienta, seguramente si nos encontráramos solos en alguna calle por casualidad me abalanzaría sobre él, o eso sería lo que querría hacer pero en su lugar agacharía la cabeza, me pondría como un tomate y diría hola a un tono inaudible.
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