¿Ésta es mi canción? No lo creo, ya tengo clavada a fuego en una pierna la de leones y en otra la de cigarettes, pero ahora mismo me identifico mucho, demasiado diría yo, con esta canción. Si alguno la escucha sabrá porqué, yo no quiero decirlo, es demasiado para mí, y duele mucho... mucho, mucho admitirlo. Admitir que de vez en cuando, no tan a menudo pero sí alguna vez, que cuando pienso en ti siento ese comúnmente llamado nudo en el estómago. No estoy segura de que sea un nudo porque nadie me ha explicado lo que se siente cuando lo tienes, yo simplemente tengo la sensación de que me aprietan las entrañas durante un instante. Que cuento los días que pasaron desde el veintiséis de febrero, desde el dos de marzo y desde el uno de mayo del año pasado. Que tarde o temprano terminaré por desistir, pero ahora no puedo escuchar una canción de pereza y no ponerme a llorar como una magdalena. Sí, estoy de puta madre, incluso las pastillas hacen efecto... por dios, si ni siquiera finjo bien, me quedo embobada cuando paso por delante del callejón donde nos resguardábamos de las cotillas miradas de Marta y Ángela, no puedo evitar pensar en ti antes de dormir, darte las buenas noches telepáticamente y pensar lo cruel que es el mundo por todas las chorradas que te tuve que aguantar en 1º y que ahora tú seas tan egoísta... que tengo ganas de convertirme en agujero negro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario