-¿No has tenido la sensación cuando estabas con alguien (y no voy a decir nombres) de que querías pasar todo el día y la noche con él?- preguntó mamá a las dos y media de la madrugada después de haberme contado todas sus desdichas amorosas.
-Cada vez que quedaba con él.- le respondí yo con los ojos inundados de lágrimas. Pero claro, ella no me veía ya que la oscuridad lo ocupaba todo y los truenos ahogaban mis sofocos.
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