miércoles, 17 de noviembre de 2021

Sigurd

 De repente no quiero escribir relatos eróticos sobre ti. Quiero besarte de verdad y abrazarte y que me levantes la ceja cuando me miras. ¿Confirmamos crush? Confirmamos crush. Y me gustaría no sentirme una completa idiota a tu lado, se me olvida cómo hablar inglés y quiero que la tierra me trague. Quiero que me hables acerca de todo lo que te ha llevado a estar aquí. Quiero entender qué te hace especial. Para qué nos vamos a engañar, quiero invitarte al apartamento, que abramos la botella de sidra, nos emborrachemos y nos liemos durante toda la noche. Pero supongo que en su lugar volveré a tocarme pensando en ti. Llevo estos dos días preguntándome si tendré algún tipo de atractivo sexual para ti. ¿Me habrás mirado el culo en la fila del comedor?¿Te habrás fijado en que tengo los pezones duros por el frío? Yo hoy me he dado cuenta de que te va a reventar la camiseta a la altura del antebrazo y por un momento he tenido que hacer acopio de toda mi fuerza de voluntad para no comerte la boca delante de toda la gente que estaba jugando al billar. Pero tú no intentas estar conmigo; no lo evitas, pero tampoco me buscas. Y yo llevo tres días buscándote. Subo a cenar por ti, me integro por ti, mi mirada te busca entre los cien pares de ojos y cuando te encuentran nunca les devuelves la mirada. Ay. Es complicado ligar en otro idioma, teniendo a tu novio viviendo en la habitación de al lado y con una persona que no tiene el más mínimo interés en mí. Se me ha juntado todo, ya ves. Y es una mierda porque realmente me gustas muchísimo, más allá de que me pareces tremendamente atractivo (cosa harto extraña porque nunca me habían atraído los rasgos asiáticos) es que eres un puto amor de persona. Con tu media sonrisa y tus gafas y tu predisposición a hablarme en inglés, a entablar conversación. Supongo que era fácil que empezaras a gustarme dada la situación. Ahora la gran pregunta es qué hacer al respecto. Ya veremos el lunes que viene.

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