viernes, 9 de septiembre de 2016

Sexo, placer y otros vicios

¿Cómo pedirle a tu madre que te pague el psiquiatra por tener problemas con el sexo?
¿Cómo decirle que necesito ayuda?
¿Cómo pedirle a tu novio que deje de tomarse ciertas cosas a broma, que son problemas serios, que no soy capaz de tener un orgasmo y estoy frustrada con la vida?
Necesito un respiro. O quizás un buen polvo, eso tampoco me vendría mal.
¿Por qué no puedo ser como el resto del mundo?
¿Por qué no soy capaz de dejarme llevar?
No lo entiendo.

miércoles, 10 de agosto de 2016

Meh

¿Sobre qué debería escribir?

¿Sobre mis viajes, tal vez?

¿O quizás sobre el poco sexo que practico últimamente?

Igual debería hablar de mis sueños, pero no los recuerdo.

Por el contrario, sí recuerdo el calentón que tengo encima desde hace semanas, más que nada por eso de la continuidad. De las ganas que tengo de conocer gente nueva y la probable desilusión que me voy a llevar cuando empiece el nuevo curso y me encuentre a chavales con dos años menos que yo y mucho pavo encima.

Me gustaría desaparecer una semana. Solo una semana para poder hacer lo que yo quisiera, que momentáneamente mi miedo al rechazo desapareciera y poder hablar con los demás cuanto quisiera. Acostarme con chicos, chicas y demás. Experimentar. Oh, si fuera tan fácil. Si no tuviera las alas tan atadas quizás podría volar un poco más cerca del sol. Me gustaría sentir el calor, la tentación de quemarme es absurdamente divertida. Pero no lo voy a hacer, no quiero tener que hacer que recojan mi cuerpo marchito esperando la redención.

viernes, 10 de junio de 2016

No-End

La yema de mi dedo índice se posa sobre mi labio mientras intento observarte de nuevo. Un vídeo era todo lo que necesitaba, un vídeo de hace muchos meses para volver a caer en la tentación de quererte. Noto cómo la cara me hierve y las palmas de las manos me sudan. La impaciencia puede conmigo y el vídeo no quiere reproducirse, sólo muestra una imagen estática de un chico con un instrumento musical. No hay música, no hay movimiento. Solo él y su inexpresividad. Miro sus labios y muerdo los míos intentando recordar a qué sabían tus besos. Esos labios me pertenecieron en algún momento de la línea temporal, algún corto periodo de tiempo que se pierde entre nuestras vidas y nuestra ausencia de contacto. Pero fue un periodo de tiempo entretenido, distinto a cualquier cosa que haya pasado después, idealizado quizás. No me importa, solos tú y yo en mi memoria y no necesito nada más para que mi imaginación vuele y decida que ha llegado el momento de ser feliz a manos de un recuerdo. Porque al fin y al cabo es así como me siento, feliz con tu media sonrisa, tu piel galleta tostada y tus rizos. Jamás necesité nada más, el problema es que no me di cuenta hasta que fue demasiado tarde.


miércoles, 25 de mayo de 2016

Para no olvidar

Y hoy, de nuevo, volví a soñar con sus ojos. Pero esta vez no eran uno de cada color, curiosamente eran ambos de un marrón oscuro y profundo. Desde esta mañana no he conseguido pensar en otra cosa. Sus ojos mirándome, sus labios besándome, sus palabras susurrándome que querían algo más. Algún día supongo que pondré los pies en el suelo y dejaré de imaginarme estas cosas, de fantasear con Bermellón como si en algún momento de verdad creyera que algo de lo que imagino podría llegar a hacerse realidad. Pero no puedo evitarlo. Bermellón me tiene loca de nuevo, durante un corto e intenso periodo de tiempo, nada que no se me pase en un día o incluso en unas horas, pero ahora el corazón me late deprisa y solo quiero tocarme pensando que podría ser él quien lo estuviera haciendo. Si tan solo pudiera hablar con él, sé que todo se arreglaría así, iría a más o a menos, pero no estaría en este limbo de desconcierto que son mis sentimientos hacia su persona.

Mentiría si dijera que recuerdo el beso. No recuerdo eso, recuerdo los precedentes. Estábamos en mi cuarto, él se asomaba entre dos peldaños de metal de mi escalera y se acercó a besarme. Yo me aparté. Jamás entenderé por qué en ese momento me recordó a otra persona, pero estaba claro que no era a él a quien quería besar. Volvió a ser él y, curiosamente, no me dio ningún tipo de reparo el tomar la iniciativa e intentar besarlo yo. Nos besamos. Lo siguiente que recuerdo es que estábamos tirados en el suelo abrazados y sonriendo. No nos habíamos acostado, no fue un sueño erótico, pero aquella escena es... no sé cómo explicarlo... es algo. Diferente. Especial. No creo que pueda olvidarla.

¿Y si quedáramos?¿Y si fuéramos al cine?¿Y si no se nos acabaran los temas de conversación?¿Y si cenáramos y bebiéramos mucha cerveza y sangría?¿Y si fingiera estar borracha?¿Y si le confesara todo esto?¿Y si le besara?... ¿Y si él me devolviera el beso?

miércoles, 11 de mayo de 2016

Pilares

Algún día espero poder comprender por qué demonios no puedo superarlo. Esto ya trasciende el hecho de que sea mi primer amor, trasciende su persona, ¿por qué diablos no puedo dejar de idealizarlo? A lo mejor sí que tenía razón cuando hace cinco años le pedí a mi madre que me llevara al psicólogo, a lo mejor sí que lo necesitaba. O lo sigo necesitando. Una persona que me escuche y no me juzgue, que me haga sentir mal para poder sentirme libre. No quiero seguir viviendo así. Cuando no lo recuerdo todo está fenomenal, pero cuando me da por ponerme a recordar veo cómo mi mundo se derrumba, cómo esos pilares que fui formando se desmoronan por su culpa, cómo supera cualquier obstáculo para hacerme creer que él es para mí. Que yo soy para él. Que nuestros destinos volverán a unirse. Su Idea (sí, con mayúscula) puede conmigo, nuestra relación siempre pudo conmigo. Y ahora que ha pasado el tiempo, que él tiene barba y yo soy más alta, me pregunto si podríamos sobrevivir a aquella tragedia, si podríamos construir una nueva tragedia juntos, si podríamos ser felices como lo fuimos durante aquel corto periodo de tiempo que recordaré toda la vida.

lunes, 21 de marzo de 2016

Totoro makes me want to touch myself

¿Y ahora qué?¿Besitos en las horas muertas hasta que se nos pase el calentón?

Si supiera lo mucho que me cuesta controlarme cada vez que se acerca más de lo establecido, cada vez que me acaricia la nuca...

No sé qué hacer. Sé que no debería estar así, pero no es mi culpa que él no me ponga lo más mínimo, si pudiera hacérselo entender... pero jamás lo haría, y no se lo reprocho pero dios, tengo tantas ganas de acostarme con él. Que me lo coma todo, que me meta uno, dos, tres dedos y que me ponga a cuatro patas y me embista. Oh,  si no me fuera a sentir tan culpable después. Hace que me sienta guapa, que me sienta deseada y me gusta demasiado como para parar. Todo el mundo dice que estoy más guapa y lo que nadie sabe es que es culpa suya, porque hace que me lo crea un poco y que me entren ganas de comerme el mundo y sus labios, qué mal, ¿no?

jueves, 25 de febrero de 2016

Darío

Fua, si al final tendrán razón y todo, intenta flirtear conmigo... y a mí me encanta. No hay nada malo mientras no pase de ahí, ¿no? Ay, mamá tendrá razón... o no, nunca he estado del todo segura de estas cosas, necesito a Laura para que me asesore, total, ella sabe las cosas antes de que ocurran...

¿Querrá él algo conmigo? Es mono pero no pienso arriesgar mi relación por él, es demasiado pudoroso, infantil, moñas. Nah, no merece la pena, pero es tan divertido y fácil ponerle caliente que, yo qué sé, es hasta entrañable.

sábado, 13 de febrero de 2016

El alcohol nunca fue la solución

Sí, claro que me acuerdo. Siempre me acuerdo.

Escribo aquí porque sería demasiado vergonzoso que alguien pudiera sacar conclusiones precipitadas sobre lo que voy a contar y no es algo que me pueda permitir. Pero necesito contarlo, necesito explotar y saber que ya ha pasado todo, que solo ha sido una equivocación como otra cualquiera.

Y es que ayer me emborraché, y no habría sido un problema de no ser porque solo éramos tres. Si hubiera estado Darío, si hubieran estado Diego y Éric probablemente todo habría sido muy distinto, pero no estaban, solo éramos Rafa, Ángel y yo. Yo, la chica, la puta, la que está a dieta y sólo almorzó una tarrina de salmorejo y una porción de pizza. ¿Quién no se habría aprovechado? Bebimos demasiado rápido cosas demasiado malas, y yo tenía el estómago demasiado vacío, ¿cómo no iba a sentarme mal? Aún me siento asquerosa.

Empezamos a jugar. Todo muy inocente. Ángel salió a fumarse un cigarro, yo me quité los zapatos, nos hicimos un selfie que Rafa aún tiene puesto de perfil en el wasap. Me sentía fuera de mi cuerpo. Perdí el control poco después. Recuerdo a Ángel dándole un pico a Rafa, después vino hacia mí. "Atrévete a decir que no te ha gustado" y a mí no me gustó, pero no se lo dije. Le sabía la boca a Edu, a Antonio, a Alejandro, eran todos los errores de mi vida condensados en un beso. Sólo podía pensar en que jamás podría decírselo a Julio. Ya estaba en ropa interior. No tengo muy claro cómo llegué a eso, creo que fue eso o beber más, ya no era capaz de beber más, aún tenía alguna neurona que me funcionaba. De lo que no me acuerdo para nada es de cómo besé a Rafa, ni dónde estaba, ni cómo fue. Bueno, sí, fue patético, como todo lo que puede pasar cuando estás borracho a las cinco de la tarde. Sólo quería dormir.

Y eso hice, de repente estaba en el cuarto de Rafa abrazada a una papelera, sólo quería dormir. Y Ángel era un pesado.

Ahora ya han pasado un par de días y no me siento mucho mejor. Me da asco mirarme en el espejo, me siento sucia y no puedo mirar a la cara a Ángel o Rafa. Supongo que mejorará, pero por ahora no lo va a hacer, no todo es tan simple como parece a veces.

martes, 12 de enero de 2016

Esa nueva etapa

No son tan buenos como pensaba. Estos amigos no lo son tanto, y en cierto modo lo entiendo, ellos cada vez son más un grupo y yo no quiero cerrarme, mucho menos ahora que puedo volver a quedar con la gente de Mairena y no tengo por qué quedarme callada. No quiero desaprovecharlo. 

Pero ellos me juzgan, y ni siquiera lo hacen pensando en que lo estoy haciendo mal por mí; me juzgan porque les parece fatal que no me presente a un examen, simplemente por el hecho de no habérmelo preparado, el chico cuyo nombre jamás me aprenderé me mira con desprecio (es el que peor me cae de lejos) y los demás callan. ¿Por qué lo hacen?¿No pueden simplemente decirme que bueno, que ya lo sacaré en enero? De verdad, cuánta hipocresía...

No sé si termino de estar a gusto. Diego, Rafa, Ángel y Darío me caen bien, pero ellos... no los aguanto, la verdad. Y no es nada nuevo. Supongo que es lo que queda, o me adapto o me echan.