Si de algo me ha servido hacer project life durante estos últimos años, ha sido para tener algo más de perspectiva sobre mi vida. Cierto es que en esta ingente cantidad de blogs y diarios y papeles varios que he acumulado desde que entré en la pubertad también hay tremenda cantidad de información, pero siempre tendí a escribir en el momento, como me saliera. El project life me ha dado esa oportunidad de reflexionar, de tomarme tiempo para, por qué no, curar y programar el contenido que quiero mostrar y cómo mostrarlo. Por ello, leerme y ver las fotos después me ayuda a centrarme, a saber qué fue importante y qué fue solo un producto de mi ansiedad.
Y claro, si algo ha salido a base de bien en estos últimos dos años has sido tú. Tú y toda tu circunstancia. Y no te quito mérito, todo sea dicho, porque soy la primera que explica por activa y por pasiva toda la mierda que me hiciste pasar, pero eso no quitaba que nos lo pasáramos muy bien. Pero claro, en mitad de una discusión no iba a hacer una foto para el project life, pero eso no quiere decir que no pasara. Pasaron, y muchas. Y tenía que escribirlo, y tenía que dejar constancia del dolor que me causaste, un dolor objetivo, con hechos, un dolor que decidí soportar en pos de un posible futuro juntos. Pero incluso viendo las fotos se puede intuir que todo fue desde el principio muy desigual. Con eso estoy bien, de verdad que sí, pero ni a día de hoy puedo creer que me quieras como dices que me quieres si no lo demuestras. Tus ojos nunca estuvieron llenos de amor. Dejaste de mirarme de reojo cuando estamos en grupos grandes. Te pudo la cotidianidad.
Ahora busco en los álbumes algo a lo que aferrarme cuando a mí me puede la nostalgia y las ganas de decirte que vuelvas a casa. Leo las partes de atrás de las tarjetas, las que están escondidas de ojos que no sean lo suficientemente privilegiados, buscando un atisbo de la realidad que fue estar a tu lado. Tu indiferencia, tu seriedad, tus mentiras. Y lo encuentro, claro, pero rodeado de un halo constante de felicidad. Y entonces vuelvo a preguntarme si no merecería la pena darte otra oportunidad, por lo que pudiera pasar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario