Preparativos. Búsquedas interminables. Webs, blogs, artículos y demás textos con un tema común: viajar.
Y es que, después de cuatro años, me he dado cuenta de cuáles fueron los pilares de nuestra relación ya desde el primer momento: el cine, la comida... y viajar. Tres pilares un tanto prohibitivos si lo ves desde fuera, pero que, curiosamente, nunca nos molestó. Íbamos una vez a la semana al cine, nos gastábamos los diez euros que podríamos gastarnos en bebida en una película en VOSE y a la gente le parecía raro. Íbamos a cenar a algún sitio medio pijo yendo en vaqueros y gastándonos menos de veinte euros, no pasaba nada. Organizábamos viajes con meses de antelación para que después el resto del mundo creyera que nos hemos gastado un dineral en estar una semana por ahí cuando todo nos había salido más barato de lo que podría serlo jamás.
Ahora sigo organizando el que sería nuestro décimo viaje en condiciones aproximadamente. Solo que ya no es nuestro. Ya es mío y de otros. Ya no es tuyo y me cuesta no derrumbarme cada vez que encuentro algún sitio nuevo a visitar porque no estarás para visitarlo. El trabajo es lo primero. No estoy de acuerdo. No quiero que me duela el corazón hacer algo que me gusta tanto. Llámame egoísta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario