domingo, 24 de junio de 2012

Abrázame bien que es calor lo que quiero tener

¿Fea? Yo, que era para ti lo más bello del mundo, ¿ahora me llamas fea? Lo cierto es que no sé qué denotará eso de ti, aparte de una confusión mental digna de estudio. ¿Lo peor de todo? Que ya no sé qué es cierto y qué mentira, ya no sé cuándo me dices la verdad y cuándo me mientes, cuando lo único que hay ahora son sucias verdades que sustituyen a las verdades anteriores, con lo cual todo termina siendo un caos tremendo en mi cabeza que me lleva a una depresión de caballo.
Era lo único que faltaba para que mi débil autoestima se viniera abajo, saber que nunca te parecí guapa duele más de lo que jamás puedas imaginarte, o peor aún, que me hayas hecho creer que te lo parecía cuando era mentira, sólo por complacer.
Y sí, pese a tus dientes torcidos, tus pelos de loco y tus granitos en la espalda me parecías el tío más guapo del mundo y el que mejor estaba también; por supuesto tú tendrás muchas más cosas malas que decir de mí, pues aquí ya sabemos que la que siempre es la mala soy yo, y los malos no pueden ser guapos.
Ahora, cuando quedemos, me dirás que era mentira, que estabas dolido, y yo te creeré, seré la tonta que siempre caerá fiel a tus pies, tienes un algo que me hipnotiza y no puedo hacer nada por evitarlo, y en cierto modo tampoco quiero hacerlo, me gusta estar contigo y sí, me he acostumbrado a esta vida aunque me duela mucho todo lo que me dices, después podemos pasar una semana fantástica, otra mala y todo se convierte en un círculo vicioso que ninguno nos atrevemos a romper por el miedo a equivocarnos, porque creemos que podemos dañarnos mutuamente sin salir heridos, sin consecuencias ninguna, que todo se arreglará y eso es lo importante. Me duele, me duele muchísimo todo lo que está pasando, hablamos de confianza, confianza que no hay, confianza invisible, confianza inexistente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario