Tantas veces leí esas palabras dedicadas a mí. Quiero besarte. Ahora se las dedica a ella y lo cierto es que no me molesta en absoluto. Lo que sí me molesta es que ella haya ocupado por completo el lugar que yo en un momento tuve en su vida. Y no lo digo por los insultos a las espaldas ni los intentos de besos, simplemente por ser especial en su vida, y ya de paso, en la de él también. Por supuesto eso jamás ocurrirá ya.
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