Hoy yo he soñado contigo

Estaba de nuevo en el Triana. ¿La diferencia? Que, aparte de que el edificio era el del Jose Mª del Campo, allí había más gente de la que recordaba. Eduardo, Lautaro, Rafa, Jesús, y por supuesto las Laura's, Ángela y esa gente que siguen allí. La clase era muy amplia y yo salí un momento a no recuerdo qué, el caso es que al volver (yo estaba sentada al lado de Edu) me encontré mi sitio vacío y en lugar de estar Eduardo en el pupitre de al lado estaban Jesús y Lautaro, uno a cada lado. Empecé a charlar con ellos, estaba entusiasmada porque estuviéramos de nuevo todos juntos. Fuimos a la Isa, era más pequeña de lo normal pero seguían teniendo esa variedad que le falta a la cafetería del Juande. Me fui al lado de Jesús y, como era natural en nuestros tiempos, le pedí que me invitara. Él aceptó al primer intento, lo cual era raro, así que estuvimos esperando a que nos atendieran. Me cogió de la mano y me acarició como el día que nos quedamos en su casa a dormir, no entendía nada pero al momento le aparté bruscamente, lo cual le indignó bastante. Le dije que teníamos que hablar y le llevé al pasillo de la derecha, aunque para no encontrarnos con Pilar (sí, Pilar la de inglés) nos metimos en el baño. Le pregunté muy seria si seguía sintiendo algo por mí, a lo que él empezó a reír y me dijo que no, que vaya tontería. Me alegré muchísimo de oírle decir aquello. Me abrazó, olía a sudor (quéputoassssco) y estaba más alto de lo normal, pero no quería hacerle el feo y apartarme. Puf, desperté.

Lo cierto es que lo tomé como una sentencia, en el sueño no me atraía lo más mínimo y aunque hay veces que me monto muchas paranoias, sólo me hace falta pensar en alguna de las conversaciones que hemos tenido últimamente para que se convierta en la persona más anti-morbosa que existe en el mundo.