Supongo que es algo patético estar así por algo tan simple. Supongo que al no decir adiós no querías decir nada, con lo cual no querías decir adiós para no decir nada porque después de todo no querías decir nada, incluido adiós. No consigo ser tan exquisita como tú al hablar, incluso hasta llegar al punto de no entender palabra, pero puede que sea porque yo sí quiero que me entiendan... tendré que confesar que sí te vi en el metro, pero lo cierto es que quería pensar que me verías al instante y te acercarías, aunque como no lo hiciste supongo que me pudieron las ganas de hablarte y terminé acercándome yo. También que hoy estabas asquerosa, repugnante y endemoniadamente (Laura me recordará de por vida esta puta frase seguro) guapo, o al menos eso era lo que me parecía a mí, por algo dicen que el amor es ciego...
Puede que a veces sea algo (vale, muy) borde, que me pase de la raya, que hable cuando no debo hablar, quiera conocer hasta el más mínimo e insignificante detalle de tu vida e intente descifrar tus putas entradas hasta el punto de poderlas repetir casi de memoria, pero, lo cierto es, que a fin de cuentas, aun hoy, sinceramente... no sé por qué lo hago. Lo sé, lo sé, puede que todo sea por mi condición natural de cotilla pero nunca había llegado a este extremo y estoy empezando a darme miedo de mí misma.
En fin, que aún no entiendo porqué no me has dicho adiós, ni me has dado un beso, un abrazo o cualquier muestra de afecto y te has ido sin mirar atrás. Estoy estresada, no lo entiendo y yo, otra cosa no, pero necesito entender las cosas y poder analizarlas y así emparanoiarme a gusto pero ahora no tengo motivos para emparanoiarme porque no entiendo qué motivos te pudieron llevar a realizar esa acción que me tiene tan molesta. AHHHH estoy empezando a hiperventilar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario