Sé que esta pelea no va a acabar con nosotros, que no va a ser el fin. Lo sé. Pero, sin embargo, me pregunto cuántas peleas quedan para el final, para que sea la gota que colma el vaso. Me hallo sintiéndome tremendamente egoísta por pensar que merezco algo mejor que lo que tú puedes ofrecerme, por una vez creo que soy yo la que podría aspirar a más y no al revés. Esta vez no lo he hecho todo mal. Me hallo pensándole una vez más, volviendo a él que nunca debió irse, al que en estos momentos, como siempre, siento que pertenezco. Y me pregunto en qué momento empezaste a creer que no estabas por debajo de él, cuándo conseguí engañarte para que pensaras que estamos hechos el uno para el otro. Pero él, con todos sus defectos, sus problemas, sus mierdas y sus gafas rotas siempre estará por encima de ti. Quizás en un futuro conozca a alguien que finalmente lo supere, pero tú no eres ese alguien. Después de tres años sé que no lo eres. Y bueno, no pasa nada, estamos bien, nos lo pasamos bien... pero no es suficiente. Llegará el día en que no sea suficiente y no sea capaz de aguantar más a tu familia, a tu concepto de familia y tu amor se hará cada vez más insoportable y no querré ir al sexólogo por ti. ¿Cuántas decepciones nos quedan?¿Cuántas peleas faltan para que el vaso se colme?
jueves, 31 de diciembre de 2020
Feliz año nuevo
sábado, 15 de agosto de 2020
Is this depression?
Estoy descubriendo que cuando escribo aquí es cuando realmente todo va muy mal. Cuando estoy tan echa polvo que no quiero dar pena o que este o aquel me lean, solo quiero contarme a mí misma lo triste que estoy. El problema es que ni siquiera estoy triste. Bueno, sí lo estoy, pero estoy tan acostumbrada a vivir con ello que se ha vuelto casi inherente a mi persona. Tengo ganas de llorar en continuo. Tengo ganas de pegarle a la pared. Quiero fumarme un porro a ver si dejo de sentir durante un par de horas. No sé por qué ahora, si es la falta de plan, de motivación, de estímulo. Ya ni estar con Sebas o con Miguel consigue evadirme. Quiero preguntarle a Miguel si él sigue estando con ella o con otra, quiero hablarle desesperadamente, quiero volver a quererle. Sé que es también en parte culpa del flujo de hormonas, que la semana que viene me baja la regla y están adelantando camino, pero aun así hacía ya bastante tiempo que no me sentía tan mal durante tanto tiempo seguido. El verano es una mierda pero resulta que después el otoño también lo es. Incluso el invierno. Si no me diera tanto miedo morir diría que querría hacerlo para dejar de sentirme tan asquerosa. Tener que fingir se me hace muy cuesta arriba y cada día que pasa me cuesta más levantarme. Me duele todo y no me duele nada. Lo siento todo y no siento nada. No puedo seguir viviendo así.