Lo adoro, tengo la sensación de que podría contarle lo que fuera y, puede que porque no le importe lo más mínimo, no lo contaría a nadie. Es importante. Además, de vez en cuando tiene esos puntos que me atontan. También tiene esos que lo estamparía. A veces simplemente no quiere escucharme. No entiendo como aún no me ha matado del coñazo que le doy. Querría saber quién le gusta. Ojalá fuera distinto...
Déjate de tonterías, él no.
No hay comentarios:
Publicar un comentario