miércoles, 31 de agosto de 2011
Momentos en los que el suicidio te parece una genial alternativa
Necesito un abrazo. Un abrazo que no acabe, infinito. Te quiero. No lo sabes. ¿Qué más da? Hay que esperar, años tal vez. Pero te quiero. Y no puedo decirte lo guapo que estás. Podría mirarlo horas y horas, no cambiaría nada. Las canciones no cambiarían nada. Los folios no cambiarían nada. Lo que siento no cambiaría nada... porque lo que pasó, pasó. ¿Me pasará esto cada vez que leo algo tuyo? Después da igual, el resto del tiempo no me acuerdo de ti pero en arrebatos de nostalgia me da por acordarme de ti, de los mejores doce meses de mi vida, es chungo tener que comparar con la vida de ahora, tan solitaria y eso, sin segregar la hormona esa que dicen que es la causa por la cual la gente quiere enamorarse.
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