jueves, 26 de septiembre de 2013

"A ver cómo me concentro yo ahora en la película"

"Esto ha sido un error" pensé al llegar al metro. "¿Qué diablos hago quedando con él?" me preguntaba una y otra vez.
Lo vi y, tras un saludo algo violento, nos fuimos al restaurante. "Vale, tú sólo intenta relajarte, después de todo no es una cita" me repetía mientras no era capaz de parar de reír. Comida por todos lados, no había más que eso, pero al menos no se habían acabado los temas de conversación, aunque alguno lo sacáramos de algo que no daba de sí. Me quité las gafas, me dolía la nariz y quería que me viera sin ellas, que me viera tal como estaba, arreglada, maquillada, como una Barbie morena sólo para él, porque quería llamar su impasible atención, porque quería entender qué estaba pasando entre nosotros.
No hizo nada, así que supuse que aquel no era el momento. Terminamos de comer y fuimos al Fnac, en parte por ir y en parte por mirar el horario de los cines. Viento en popa a toda vela nos dirigimos a la Alameda, puede que un poco antes de tiempo, pues tuvimos que esperar bastante allí antes de entrar. Ya en la sala y dispuesta a sacarle toda la información que pudiera, me dispuse a asaltarle a preguntas, lo cual le pilló un poco por sorpresa, el pobre estaba que iba a morir de vergüenza, pero poco me importaba, necesitaba respuestas, y él me las había prometido poco tiempo antes. Sin embargo, entre el pudor y las pocas ganas que tenía de hablar del tema, no consiguió decir nada que tuviera un mínimo de sentido, con lo cual yo volví a estar como al principio.
Lloré todo lo disimuladamente que pude con la película, y nos fuimos de vuelta al fnac (lo cierto es que ya no sé si fuimos antes o después, el caso es que en algún momento fuimos) y más tarde a los jardines al lado de Puerta Jerez. Ya no podía volver a escabullirse. ¿Qué sientes por mí?¿Qué está pasando? Él admitió que le gustaba, y por algún tipo de fuerza divina terminamos hablando de besos... ¡besos! Besos en los labios, de si a él le importaría que le diera un beso, a lo que su respuesta fue un "no" bastante rotundo. "Por si no lo sabías, era mi primer beso"... umm, quizás el hecho de que no hubiera reaccionado me había dado una pista. Lo miré intentando saber qué pasaba por su cabeza, qué sentía, qué pensaba, qué quería que pasara, pero no fui capaz; a día de hoy tampoco puedo, me resulta tan inescrutable como el primer día, sin embargo, tengo la sensación de que él me conoce más de lo que me gustaría, y eso me aterra.

Sin embargo, lo único que quiero es que esté aquí, junto a mí, abrazándome, protegiéndome, queriéndome... para siempre.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

¿Por qué lo ha hecho?¿Por qué me miente? Ahora no soy capaz de mirarle a los ojos, me siento tan mal, puede que después de todo no sea todo tan perfecto como parece, pero en el fondo mamá tiene razón, no puede considerarse una "mentira" pero es que, joder, no es por la mentira en sí, sino por lo que conlleva. Estaban las reglas no escritas, los "nunca nos mentimos, nos lo contamos todo" y ahora no veo más que traición. Querría que empezara todo de nuevo, querría volver a hace un maldito día pero es que no soy capaz, ¿por qué tuvo que hacerlo? Sé que fue con su mejor intención pero uf, nunca le dije lo que odiaba que me mintieran, que es lo que más odio en este mundo, y ahora pasa esto. Agh. Ojalá todo pase.